Detrás de una cubierta de
arcos de madera laminada se esconde una de las mejores y más modernas bodegas
de la actualidad.
Vistas
desde el Castillo de Peñafiel: La bodega Protos
Desde el Castillo de Peñafiel está la
mejor vista posible de la maravilla arquitectónica en la que he basado este
artículo. Es, también, la sede del Museo del Vino y desde su característica forma de nave, mirando hacia el norte, se puede apreciar una llamativa estructura
triangular compuesta por cinco alargados semicilindros tumbados.
La sencillez de la propuesta de los
arquitectos Rogers Stirk Harbour + Partners no encaja, desde mi punto de vista, con
el estilo de la zona… de hecho… no creo
que encaje con ninguna parte del municipio de Peñafiel, como no lo hace tampoco
el Castillo, al contrario: están fuera de todo contexto y eso hace que sean
únicos e, irremediablemente, estén entrelazados por algo que no entiende de
años ni de entidades.
Quién ha puesto esta edificación en manos
de Rogers Stirk Harbour + Partners (que han contado con la inestimable ayuda de
Alonso
Balaguer y Arquitectos Asociados) son los responsables de Protos, los del vino (denominación de origen
Rivera del Duero). Las premisas eran claras: 10.000 metros cuadrados de
superficie para construir 19.450 metros cuadrados de bodega en los que poder
elaborar 1.000 toneladas de uva, almacenar 3.500.000 botellas de vino y unas
5.000 barricas. Por supuesto el edificio cumple con estas funciones y algunas
más y todo por la suma de 25 millones de euros.
Arcos
de Madera
La mayor parte de la construcción se
esconde en el subsuelo, lugar ideal para el tratamiento y reposo del vino,
además, la edificación está conectada
subterráneamente con las antiguas bodegas de Protos (más de dos kilómetros de
galerías), esté soterramiento no es casual: obedece a que la temperatura en el
subsuelo es constante y baja (sobre los 15º centígrados), lo cual favorece la
maduración y conservación del vino. Por encima de ésta se sitúan las áreas
de elaboración, los depósitos de fermentación y almacenamiento, la planta
embotelladora, la zona de embalaje, las áreas técnicas y, por supuesto, zonas
de acceso para vehículos. En la planta a nivel de rasante se ubican las zonas
de marketing, recepción de invitados, y, lo más novedoso, un pequeño auditorio y
un jardín escalonado con vistas al Castillo para los usuarios de las oficinas.
La estructura está formada por arcos de
madera laminada, que se apoyan en piezas de acero con forma de “V inversa” y que, sustentadas en pilares de hormigón,
ayudan a transmitir los esfuerzos a la cimentación del edificio. Estos arcos se
separan entre sí 9 metros y la distancia entre sus puntos de apoyo es de 18
metros. Estas semicircunferencias sostienen la cubierta de tablas de madera
(también laminada) mediante elementos de acero (en forma de “V”) que comunican
a los arcos las cargas del entramado. Los
arcos trabajan siempre a compresión y son, junto a los triángulos, las formas
estructurales más efectivas para transmitir esfuerzos, de ahí su amplia
utilización en Arquitectura e Ingeniería. Por último destacar la cámara de aire que,
junto a las piezas de terracota de la parte exterior de la cubierta, ofrecen
una protección contra la radiación solar que no tiene precio.
Madera
Laminada Encolada
La belleza y utilidad de la madera no está
en duda, un material orgánico que crece y que es capaz de soportar las condiciones
más adversas, aún siglos después de su desvinculación con la vida, es un
prodigio físico y químico. Pero hasta la madera tiene límites y ahí es donde
entra el ingenio humano: mediante la
disección de la madera en láminas de pequeños espesores y su unión por
diferentes tipos de adhesivos se crea la madera laminada. Las formas que se
pueden adoptar mediante este material sólo están delimitadas por la imaginación
del proyectista, alcanzando luces de hasta treinta metros. Si encolamos las
láminas con las mismas direcciones de las fibras el resultado será una correcta
transmisión de esfuerzos, siendo esta la mejor forma de trabajar para los elementos
estructurales.
La desaparecida Holtza S.A. fue la
compañía suministradora de los arcos que hoy nos traen aquí. Para nuestra tranquilidad debemos exigir que
los elementos de madera encolada tengan algún sello de calidad que los abale
como el sello de calidad AITIM de España, el certificado del Instituto Otto Graf de
Alemania, el certificado Acerbois Glulam de Francia o el certificado AITC de los Estados Unidos de América.
Los
elementos prefabricados nos dan una mayor rapidez en el montaje de las
estructuras pero no nos aportan velocidad de ejecución.
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