Rodando
la serie Juego de Tronos en el Alcázar de Sevilla, ¡no podían haber elegido
mejor escenario!
(Edition in English)
(Edition in English)
El Patio de las Doncellas
Juego de Tronos se está
convirtiendo, a pasos agigantados, en una serie de culto, uno de sus aciertos
más evidentes es el de la utilización de lugares con mucho encanto medieval,
lugares como, por ejemplo el Real
Alcázar de Sevilla donde se ha
rodado la última temporada (junto a otras localizaciones de Andalucía). De la nueva temporada (la
quinta) me quedo con la escena en la que Ellaria Sand (Indira Varma) reclama
ante el Principe de Dorne, Doran Martell (Alexander Siddig) venganza por la
muerte de su amado Oberyn Martell (Pedro Pascal), vale, lo confieso, a mí
también me ha enganchado la serie. En el fondo de la escena “Los Jardines del
Agua”, y la preciosa cerámica árabe… que maravilla… aunque me quedo con un
material muy especial y común: el yeso.
Escena en el Alcázar de Sevilla
El Real Alcázar de Sevilla
El
edificio es el Palacio Real más antiguo de Europa y empezó a tomar forma en el
siglo VIII, por él han pasado innumerables huestes. Con el devenir del tiempo
fue pasando de gobernador a gobernador dejando (o intentando dejar) cada uno su
impronta personal. El conjunto es un
grupo de edificaciones de diferentes estilos: almohade, mudéjar, gótico o
renacentista, que hacen las delicias de los visitantes y permiten a los más
cinéfilos armar escenas de diferentes épocas en el mismo lugar.
Al Alcázar se entra por “la Puerta del León” donde se puede disfrutar de
su arquitectura almohade, justo al lado está la “Sala de la Justicia”
construida por Alfonso XI en 1340, que tiene una cubierta con armadura mudéjar.
Junto a la sala de justicia se encuentra “el Patio del Yeso”, éste patio es una
de las partes más antiguas del Alcázar y corresponde al califato almohade de
Abu Yaqud Yusuf y Abu Yusuf al Manur, en él, arcos porticados con una rica
decoración de yesería policromada almohade, algunas partes en muy mal estado
(todo hay que decirlo), además, choca muchísimo los focos en las esquinas
superiores.
El Patio del Yeso
Otro
lugar de interés es el “Patio de la Montería”
desde el que se puede apreciar la fachada del “Palacio Mudéjar de Pedro
I”, llamado “el Cruel” por sus detractores y “el Justo” por sus acólitos. Su fachada totalmente ornamentada presenta
una puerta adintelada, ventanas con arcos y parteluces en forma de columnatas y
un gran alero sostenido por mocárabes (adornos compuestos por prismas acoplados
y combinados que terminan estrechándose) de color dorado. Dentro del
Palacio destacan dos patios: “el Patio de las
Doncellas” con sus arcos lobulados sobre dobles columnas y el “Patio de las
Muñecas” con su bellísima decoración a base de pequeñas caras en los arcos,
azulejos y estucos.
Visita obligada también el “Palacio Gótico” construido por Alfonso X en
1254, en su interior la “Sala Gótica”, que era llamada “Sala de Fiestas”
durante el siglo XVI, y que presenció, entre otras fiestas, la boda real del
Rey Carlos I. Desde esta sala se puede ir a la izquierda, al “jardín del
Chorrón” junto al “Estanque del Mercurio” que está presidido por una figura del
dios Mercurio o ir a la puerta derecha, a la Capilla, presidida por un retablo
de la Virgen de la Antigua. Por último
destacar la “Puerta del Privilegio” que separa en dos partes “los Jardines del
Alcázar” y sobre la cual observa Ellaria Sand (con odio en los ojos) a la joven
Lannister paseando por los “Jardines del Agua”.
El actor Nikolaj Coster-Waldau durante el rodaje
Por
supuesto el conjunto Histórico tiene muchísimo más que ver y disfrutar. Eso sí,
cuando vayas no te olvides de reverenciar como se merece a un material muy
presente en esta construcción.
El Yeso
El
yeso es uno de los materiales más antiguos utilizados en construcción debido a
sus cualidades únicas. Sus yacimientos se originaron como depósitos marinos
hace milenios, el secado de los mares donde se produjo el fenómeno y su
posterior afloramiento llevaron a su descubrimiento por el ser humano. El yeso se obtiene de una roca llamada
Aljez, que está compuesta por sulfato de calcio dihidratado (CaSO4.2H2O).
Básicamente se trata de calcinar (aplicar elevadas temperaturas hasta eliminar
el agua de su interior) y moler el resultado.
La
principal característica del yeso es que reacciona rápida y violentamente con
el agua convirtiéndose en una masa rígida, de poca dureza (2 en la escala de
Mohs, o fácil de rayar con una uña), de escaso peso (1.250 Kg/m3) y textura blanca (puede
presentar colores más oscuros si tiene impurezas); además es un excelente
regulador de la temperatura pues absorbe agua del ambiente en atmósferas
cargadas y la expulsa en atmósferas secas. Todo
esto lo hace ideal como material de revestimiento, para confeccionar diferentes
moldes, como elemento decorativo y le da ilimitadas funciones que ya conocían
en el siglo VI antes de Cristo en la antigua Jericó.
Con
todo lo mejor del yeso es que se puede utilizar sin cargo de conciencia por
varios motivos: es reciclable al cien por cien, es capaz de mejorar la
eficiencia térmica y acústica de los paramentos que cubre, se encuentra
abundantemente en la naturaleza, lo puede trabajar cualquier operario, y, para
más inri, se adaptará fielmente a cualquier forma.
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