La escalera de los negocios

Nada como viajar a Londres para hacer negocios y disfrutar de las vacaciones al mismo tiempo, sobre todo, en una escalera en espiral.
(Edition in English)


Cuando se habla de rehabilitación o de reforma, me acuerdo de una anécdota que escuché hace mucho tiempo (o leí), la de la primera bombilla creada. Thomas Alva Edison terminó de construir su primera bombilla y la puso en manos de su ayudante, Jimmy Price, para que la trasladara. El chico la rompió, pero Edison, circunspecto, no le regaño, al contrario, cuando terminó de crear su segunda bombilla la volvió a entregar a su ayudante, éste, tuvo una segunda oportunidad. Lo mismo pasa cuando reformamos un edificio: le damos una segunda oportunidad.

Londres es la ciudad de los negocios internacionales, pero también es una ciudad cosmopolita que luce su encanto con orgullo. En el Soho, concretamente en el nº 178 de Wardour Street, esquina con Hollen Street, ha sido inaugurado el pasado abril, uno de esos edificios obsoletos, al que han dado una segunda oportunidad. Quién se la dio fue el equipo inmobiliario Resolution Property, cuya zona de actuación es el Reino Unido y el resto de Europa, y cuya visión del sector es muy diferente a lo clásico, y ahora más que se han asociado con el Grupo Peterson HK, con el que alcanzarán Canadá y Hong Kong. Ellos vieron el potencial de este edificio y quisieron darle un valor añadido.

Y para hacerlo contaron con un nutrido grupo de profesionales de diferentes ramas y con diferentes experiencias internacionales. El edificio, rebautizado como Ampersand Building, ha sido remodelado para incluir en él residencias de lujo y oficinas de alto nivel, donde tendrán cabida usos profesionales, de telecomunicaciones, usos corporativos, tecnológicos y todo lo que podáis imaginar, en total, unos 6.169 metros cuadrados de superficie útil.


El estudio de arquitectura Darling Associates, con despachos en Londres, Polonia y los Emiratos Árabes Unidos, ha sido el encargado de prever las necesidades de su cliente. Su trabajo ha consistido en mejorar las fachadas y redistribuir el interior, dándole una nueva entrada en la esquina Wardour Street y Hollen Street, y realzando la figura de las áreas de recepción, tanto para los usuarios de la zona residencial como para los de la zona comercial. Un enorme tragaluz se ha convertido en el principal foco de iluminación en el interior del edificio, cuyo efecto se ha visto multiplicado al convertir todas las paredes del patio en transparentes con cristales de doble cámara.

En la última planta, un tejado a dos aguas cubre los 10 nuevos dúplex de lujo. El edificio cuenta con cuatro plantas de oficinas acompañadas por una terraza de 195 metros cuadrados, con unos jardines vegetales que darán un ambiente acogedor. En el exterior, un enorme panel de cristal cubre el chaflán de la esquina, recubierto con aletas de cobre, así como las ventanas, cuyo juego de volúmenes da vida a la fachada.


Otro de los artífices de esta maravilla es Tom Hingston, el diseñador gráfico, con el que han contado marcas como Dior, McQueen o Lancome, o grupos como The Rolling Stone, U2 o Robbie Williams. Él fue el creador del logotipo, el cual lo verás desarrollado cuando entres al vestíbulo: en el mismo centro, una escultura de siete metros de largo, construida con latón y madera, se va extendiendo, quedando inscrita en ella el mostrador de la recepción principal y abarcando incluso al propio hormigón en el suelo y las paredes, estos “hilos” o rehundidos y salientes en los diferentes materiales, conforman el logo del edificio.


Pero no contento con esto, el bueno de Tom diseñó un lienzo gigante, de 115 por 15 metros, que equivale a cuatro canchas de baloncesto y que tardaron siete días en colocar delante de la antigua fachada (tiene un marco perimetral de 316 metros, está seccionada en dos partes y pesa en total 850 kilos), para cubrir las obras de remodelación, a la par que daban publicidad en un fondo oscuro. La empresa que lo construyó e instaló, Embrace Building Wraps, nos cuenta que era el mayor recubrimiento de una obra en el Reino Unido en el momento de hacerlo.

Lo mejor llega ahora, se trata de la colaboración de Paul Cocksedge, un diseñador de fama internacional, que ha recibido encargos de Swarovski, BMW, Mercedes-Benz, Hermes o Sony. A él le tocó realizar la escalera, y se puso manos a la obra, pensando y diseñando durante 984 horas de su vida, como dice en su vídeo, pronto supo que quería un escalera viva (la llamó living staircase), y la diseñó de forma que se pudiera disfrutar de ella durante su trayecto y fuera de él. Para conseguirlo hizo tres cosas: eliminó el eje de la escalera e introdujo en él zonas de esparcimiento, colocó un gran número de plantas en todo su perímetro, y redujo el ancho de la escalera a la mínima expresión.


Los números son los que siguen: la escalera abarca cuatro plantas del edificio, con un total de 87 peldaños, tiene un diámetro de 5,5 metros y una altura de 12,5; la estructura principal está realizada en acero en diferentes secciones (para poder meterlas por la ventana) y soldadas in situ, su peso total es de 12,4 toneladas; los maceteros de la balaustrada están diseñados para soportar 593 plantas; el peso total, incluyendo la balaustrada, es de 15,8 toneladas, a esto hay que añadirle 3,2 toneladas de revestimiento de madera de roble blanco.

A Paul le ayudó la empresa de ingeniería Arup, ellos se encargaron del cálculo y dimensionamiento, para la construcción contaron con otro gran profesional, Peter Dann. Como ya os he dicho, toda la escalera está revestida de roble blanco, traída directamente de Nueva York, una madera de muy buena calidad para nuestros revestimientos ya que tiene una excelente dureza y durabilidad. Además, en este caso, tiene la certificación FSC (Forest Stewardship Council), con ella se controla que el bosque del que se extrae está manejado con estándares medioambientales, sociales y económicos. Utilizando esta certificación evitamos la tala ilegal, la violación de derechos humanos, el empleo de mano de obra infantil, y otras situaciones ilegales o inmorales.



El detalle está en el diseño, así que para terminar debo haceros mención de la lámpara que cuelga del primer piso de la escalera, creación de otro afamado artista: Ingo Maurer, que nos muestra con un diseño exclusivo de su firma, la lámpara Zettelz-6, una nueva forma de dar luz a nuestras vidas. Como veréis, no me quedaba corto al deciros que en Ampersand se habían reunido un nutrido grupo de profesionales… ¡y artistas!

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