La actriz ha visitado un inmueble del siglo XIX, una
antigua fábrica de encuadernación reconvertida en apartamentos de lujo.
Infografía del 443 de Greenwich Street
A Tom
no le gustaba demasiado la decisión de un juez de obligarle, a él y a su socio, a seguir juntos, pero era tan frío y calculador que tampoco parecía afectarle. No sabía realmente cómo se había enterado John de lo
de Uma
Thurman, pero como retroceder no
era una opción (al menos por ahora), se
conformaba con no perder el pedacito del pastel de la empresa que habían creado y gestionado ambos.
Comentarios
Publicar un comentario