La City tiene un Skyline único en el Orbe, formado por
edificios que pueden verse afectados por el Brexit.
Fenchurch 20
Hola, si existe una figura a la que debo honrar con cierta
veneración,
es la de mi idealizado tío lejano, Nicolás Copérnico (ya sabéis
lo grande y extensa que es mi familia). Él nos enseñó
la teoría Heliocéntrica, en la que el sol es el eje central de un Universo
donde los planetas giran en perfectas órbitas circulares a su
alrededor. Hoy sabemos que esto no es así,
pero a ver quién
se lo discutía
en 1.540…
El caso es que yo, Rodolfo,
estaba enamorado de la idea de un
Universo centrado, perfecto, circular y hegemónico.
Así
que el Brexit
ha sido, y es, un auténtico varapalo, un golpe al buen devenir económico
de la zona Euro. En honor a lo que una vez significó
para mí,
he decidido hacer un penúltimo (nunca
se sabe) viaje a la City, a
disfrutar de su estupendo Skyline.
Fenchurh 20
Primero visitaré la torre Fenchurch 20, inaugurada en el año
2.014, popularmente conocida como el Walkie
Talkie, un nombre que le viene al pelo si os fijáis
bien en su forma exterior. Reconozco que nunca he visitado su interior, pero no
me faltan ganas de ver su SkyGarden, dicen
que es verdaderamente espectacular. El rascacielos tiene 160 metros de altura,
una superficie construida de 64.000 metros cuadrados, costó
unos 285 millones de euros y se organiza en 37 plantas.
Muchos ingleses no lo tienen en alta estima y le han
concedido el dudoso honor de ser el
edificio más feo del año (en 2.015), todo
porque un día
de 2.013 la reflexión del sol en
los cristales de la fachada semicurva causó la fundición
de parte de un Jaguar…
nimiedades, vamos…
Pero, hablando en serio, el arquitecto Rafael
Viñoly ha diseñado un singular edificio con la
mayor clasificación energética, la A, que, además, aumenta hasta el 50 % la
superficie de la planta mientras se eleva en altura (casi nada).
Fenchurch 20
Otros orgullosos padres de la criatura son el estudio de
arquitectura Adamson
Associates, que nos destacan el uso de doble y
triple cristal en las ventanas, y la incorporación
de instalaciones de gas natural y células
fotovoltaicas en fachada para reducir la temida Huella de Carbono. De la ingeniería
se ocuparon técnicos
de Halcrow Yolles,
que nos cuentan que tuvieron que emplear un
novedoso sistema BIM en 4D (cuya cuarta dimensión
es el tiempo, claro) para ayudar en la compleja construcción.
Lloyd´s Building
Un poco más al norte,
en Lime Street, entraré
en un antiguo y alucinante inmueble construido en 1.986, con un estilo High Tech incuestionable, capaz de
causar pesadillas y pasiones al mismo tiempo. Se trata de la sede de la empresa de seguros más importante del Mundo, Lloyd´s, con la que ya he tratado el
feo asunto del Brexit (creedme, no
están
muy contentos), está diseñada
por otro singular arquitecto: Richard
Rogers, ¿no
os suena?, pues es uno de los agraciados con el premio Pritzker de
Arquitectura (en 2.007).
Interior del Lloyd´s Building
La
construcción de sus 55.000 metros
cuadrados costó 90 millones de euros,
distribuidos en 12 plantas y 84 metros de altura.
Para facilitar el trabajo en su interior, Rogers desgajó
las instalaciones, llevándolas al
exterior y embutiéndolas
en seis torres, esto también
proporciona un gran atrio de luz en el interior, casi inmejorable. Por
supuesto, la envolvente de acero inoxidable y cristal ha inducido a que este
edificio sea conocido como “La Catedral Mecánica”.
Willis Building
Justo frente a Lloyd´s se encuentra otra prestigiosa
agencia de seguros, Willis Towers Watson, esta
vez, en un edificio más moderno
(finalizado en 2.008) pero de corte más clásico.
Su arquitecto, el archi-conocido Norman
Foster, ideó
tres volúmenes
que se elevan escalonándose a 68,
97 y 127 metros. La forma de la planta, semicurva, como de media luna, conforma
una curiosa composición que permite una relación natural con los edificios circundantes y crea terrazas
para las oficinas más elevadas.
Los responsables de la ingeniería,
Ramboll UK,
nos hablan del gran ahorro que produce el edificio, un 30 % en el consumo de
agua, gracias, entre otras cosas, a la recogida de agua de lluvia y un 20 %
debido a los cristales reflectantes que cubren la fachada en sus 29 plantas.
Perpendicular a Lime Street se encuentra Leadenhall Street, donde entraré
por segunda vez en el edificio más alto de la
City, el Leadenhall
Building.
Leadenhall Building
Esta vez Richard
Rogers ha contado con su empresa Rogers
Stirk Harbour + Partners, para el diseño y
construcción
de la segunda torre más alta de la
City, con 225 metros y 84.424 metros
cuadrados de superficie construida en sólo 3.000 de
solar. El rascacielos tiene forma de
rallador de queso, siempre según los británicos, claro, y costó
la nada despreciable cifra de 406 millones de euros.
Los
promotores, entre los que destacan British Land y Oxford
Properties,
alquilan un total de 60.250 metros cuadrados de oficinas. La
esbelta figura del Skyline inglés
permite la visibilidad de la Catedral de San Pablo mediante la inclinación
de una de sus fachadas, sus 50 plantas se ven así
mermadas en superficie pero ganan en diseño. El grupo
de ingeniería Arup, destaca
que la estructura portante se sitúa en su
mayoría
en la fachada, además, es la estructura prefabricada de acero más grande del Reino Unido.
Leadenhall Building
Con suerte entraré el mismo día
a mi edificio favorito de la City, o, mejor, lo dejaré
para el día
siguiente a primera hora, para vislumbrar
el cielo de la ciudad desde los 180 metros de The Gherkin,
(el pepinillo, humor inglés de nuevo).
Norman Foster ataca otra vez (la
ciudad parece apellidarse Foster o Rogers) con lo que yo definiría
como el prototipo de rascacielos icónico que marca tendencia y época. Lo tiene T-O-D-O.
The Gherkin
Es el primer
rascacielos ecológico de Londres,
por si sólo
delimita espacialmente la ciudad marcando un antes y un después
desde su construcción en 2.003, tiene un espacio de ocio en la cima con
vistas en 360 grados y, por si fuera poco, se ha ganado el corazón
de los londinenses (es el edificio más querido). Arup, otra empresa que repite, nos
explica como la estructura exterior diagonal
de acero permite una mayor resistencia al viento, hace menos pesado al edificio
y permite seis patinillos que suben en espiral, dando luz y ventilación
a los más
de 45.000 metros cuadrados de sus 40 plantas.
Vistas de 360 grados en The Gherkin
Por supuesto, también visitaré
la Tower 42,
construida en 1.980 y cuya altura, 183 metros, lo convirtió
en la cima arquitectónica de Inglaterra durante
muchos años.
De allí,
a la Heron Tower, el edificio más
alto de la City con 230 metros,
finalizado en 2.008 y propiedad de Heron International (¿lo
dudabais?) cuyo equipo de arquitectura Kohn
Pedersen Fox
presume de haber diseñado el
edificio de oficinas más versátil
de Londres, con una fachada ventilada, ascensores panorámicos
y células
fotovoltaicas para la creación de energía
eléctrica.
Tower 42
Ahora que lo pienso tal vez no me alcance con dos días
para ver los múltiples
edificios de oficinas de la City,
analizar el impacto del Brexit en cada uno de ellos, incluso, por qué
no, hacer negocios, bien se sabe que
cuando existe movimiento en un mercado, al alza o a la baja, siempre hay quien
gana y quién pierde. En
todo caso, no seré
yo quien os desaconseje una visita a Londres,
claro. Adiós.
Heron Tower
Comentarios
Publicar un comentario