Asesinato en clave Arquitectónica: Calatrava marca el meridiano de Greenwich

Santiago Calatrava construirá su primera gran obra en Londres, una urbanización de lujo en la península de Greenwich por valor de 1.150 millones de euros.


La luz entró difusa por un resquicio de la ventana, directamente a su ojo cerrado, al rato, refunfuñó molesto, como si fuera culpa del sol haber entrado por donde le dejaron un hueco. Estaba muy irascible, y no se podía permitir el lujo de estarlo, hoy no, era el día más importante de su vida, el primer día del comienzo de su venganza. Se levantó de un brinco, estaba en forma, no en vano llevaba varios años practicando deporte sin cesar, gastando adrenalina.

Se acercó a la ventana y la abrió de par en par, estaba en casa, en Las Palmas de Gran Canaria, el hogar que tanto tiempo había añorado. Después de unos minutos en blanco, se dirigió a la cocina, puso la cafetera al fuego y se dispuso a preparar unos huevos fritos, bacón a la plancha, tostadas y una naranjada, tal y como se había acostumbrado a desayunar en su larga estancia en Londres, en su "cautiverio forzado". Esto le hizo recordar un artículo que había leído sobre una obra de próxima construcción allí, casi podía recordar palabra por palabra:


A Santiago Calatrava le han encargado “otro” emblemático trabajo: el de diseñar toda un área de actuación en la famosa Península de Greenwich, ya sabéis, la que arrebató el meridiano cero a España en el siglo XIX. Este nuevo encargo se unirá a la larga lista proyectos arquitectónicos que llevarán su firma a lo largo y ancho del Mundo, siendo uno de los pocos estudios de arquitectura en poder presumir, a día de hoy, de trabajar en tres continentes al mismo tiempo (Europa, América y Asia).

El promotor de este Mega-Proyecto, Knight Dragon, solicitó el trabajo cuyo valor está previsto que alcance los 1.150 millones de euros. Este proyecto será el eje de transformación de la Península para convertirse en el nuevo centro cultural de Londres, se desarrollará sobre una superficie de 130.000 metros cuadrados albergando una nueva estación de metro y autobuses, cine, teatro, escenarios, bares y restaurantes, retail y un centro Wellness.


Con el nombre de Península Place, el ambicioso proyecto que llevará la firma de Calatrava se asienta junto al icónico O2, incluirá tres edificios de 30 plantas y 113 metros de alto conectados en su base cuyo uso será residencial, de hotel y oficinas. En un alarde de compromiso medioambiental, los laterales de las torres descienden en forma de terrazas con multitud de zonas verdes. El Hotel dispondrá de 31.500 metros cuadrados de superficie, la zona de retail, restauración y ocio alcanzará los 18.500, las oficinas se distribuirán por 28.000 metros cuadrados y la zona residencial disfrutará de 37.000.

El complejo se unirá al Támesis por un puente que seguirá la línea imaginaria del meridiano de Greenwich, lo más sorprendente será el reloj de sol que formará el mástil y sus cables acerados. Otra parte del proyecto incluye una Galería de 152 metros de largo con estructura ramificada (en forma de árboles) que termina sosteniendo un dosel de cristal, durante el paseo podrás disfrutar de cafés, tiendas y restaurantes. Al final de la Galería, una plaza cubierta de 24 metros de alto, bajo su cúpula de cristal un generoso bosque urbano que se beneficiará (al igual que los usuarios) de ventilación natural mediante la apertura de su parte superior.


Esta actuación se enmarca en el proyecto de regeneración más importante de Londres, la Península de Greenwich, que supondrá la inversión de 9.860 millones de euros creando 15.720 viviendas, un gran estudio cinematográfico para el centro de la capital, un distrito dedicado al diseño, y, por supuesto, todo lo que la sociedad pueda demandar: escuelas, centros médicos, espacios públicos y privados, oficinas etc… Los directores de este Master Plan rodeado por 1,6 millas del río Támesis son los premiados Allies and Morrison. Otros estudios de arquitectura que contribuirán a la modificación urbanística serán: SOM, Marks Barfield, DSDHA, Alison Brooks y Duggan Morris.

Hasta aquí todo parece normal, todo entra dentro de los trámites regulados por entes privados y públicos para el desarrollo urbanístico de una determinada zona, es decir, se elige a un profesional con experiencia demostrada y éste realiza, con la colaboración de las demás partes, un elemento que abastezca las necesidades descritas. Pero, como el nombre del escogido es Santiago Calatrava, la prensa se ha volcado en derramar ríos de tinta (electrónica la mayoría) con, perdón por la expresión, “muy mala uva” en muchas ocasiones, sobre el incierto futuro de este encargo.


Se le critica por sus altos sobrecostos (algún día analizaremos lo que es realmente un sobrecosto en construcción), por los desperfectos ocasionados en parte de sus edificios o a los usuarios de los mismos, por la pretendida disfuncionalidad de los espacios que crea y por la pretensión icónica de sus obras. Nada más lejos del que escribe dirimir si Calatrava es o no responsable del abanico de errores con el que le atacan en medios escritos y, lo que es más grave, desde los propios técnicos que le hacen centro de sus iras más iracundas. Nunca he visto que cirujanos, periodistas, o abogados, pongan tanto hacer personal en las críticas para con sus colegas.


En fin, para evaluar mejor si Calatrava es o no culpable de lo que se le acusa, o si es el único responsable, debemos tener en cuenta una serie de hechos.

1.- Los proyectos de Calatrava, al igual que el del resto de sus colegas (arquitectos e ingenieros), son aprobados mediante concurso internacional o encargo directo, es decir, el autor no impone sus obras, como no podría ser de otra manera.

2.- Los proyectos son, por supuesto, revisados por la administración local del lugar de ubicación, ojo, revisados por técnicos competentes en la materia, cerciorándose si se adapta a la normativa de ámbito local, regional y estatal.


3.- Después de proceder a la concesión de la licencia de obra se saca a concurso la ejecución de los trabajos, así, las empresas interesadas analizan el presupuesto del proyectista y ofrecen una cuantía para optar a los mismos, normalmente, esta cuantía es inferior al precio de licitación, aunque no siempre pasa. Con todo, el hecho es que la empresa adjudicataria conoce la obra (sus técnicos la han analizado) y la ha presupuestado pretendiendo hacerla por una cuantía que ellos mismos han determinado.

4.- Durante la ejecución de los trabajos intervienen un extenso grupo de empresas, contratas y subcontratas, técnicos de toda índole (arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros, ingenieros técnicos, etc.) cuyo buen hacer aporta ideas para mejorar el proyecto inicial, si les hacemos caso, podríamos encontrarnos con mil obras dentro de una.


5.- Al final, intervienen multitud de operarios de las diferentes ramas de la construcción, cada uno capaz de aportar algo (bueno o malo), y cuyos nombres son, siempre, desconocidos, aunque sus manos hayan sido vitales para creación de la obra.

6.- Por supuesto no debemos olvidar a los suministradores de materiales, las fábricas que abastecen la obra, si éstas nos proveen de materiales defectuosos o retrasan las fechas de entrega podremos tener muchos y variados problemas.

7.- Una vez finalizada la obra vuelven a aparecer los entes administrativos para dar fe de que ésta se ajusta al proyecto que ellos mismos han aprobado o a las modificaciones que se han ido estudiando durante el transcurso de su ejecución.


Supongo que con estos datos, ahora sí, podremos hacernos una idea de lo que acontece en una obra de las dimensiones de la Península Place, que pasará por miles de manos profesionales y cualificadas antes de que llegue al usuario. ¿Será responsable Calatrava si algo se tuerce al final de la obra? ¿O lo será la administración de turno que le dio el visto bueno y no hizo su trabajo? ¿O la empresa que bajó los precios pensando en que podría asumirlos y durante el camino tuvo que abandonar? ¿O los operarios que no hicieron su parte del trabajo con la debida profesionalidad? ¿O los problemas de producción de los fabricantes? ¿O las variaciones de los mercados? ¿O alguno de los técnicos intervinientes que no puso la debida diligencia en sus actuaciones?

Son tantas las variables que da rubor cuando medios escritos se atreven a señalar con ligereza extrema hacia una persona determinada, sin mediar sentencia judicial o verdad empírica. Nos pueden gustar o no las obras Calatrava, pero debemos separar nuestra predilección estética de las cuestiones funcionales o constructivas, como dicen en las tertulias: “hay que respetar la presunción de inocencia”. Una vez leí como un técnico que había estado en una de las obras de Santiago Calatrava escribía que “era imposible ejecutarla y la empresa tuvo problemas económicos”, al leerlo no pude evitar pensar: “¿Y por qué se hizo cargo de la obra?”, el espíritu crítico debe ser, siempre, imparcial.


Equipo de diseño de Peninsula Place:



Arquitecto e Ingeniero: Santiago Calatrava
Arquitecto ejecutivo: Adamson Associates
Arquitecto Master Plan: Allies and Morrison
Ingeniería estructural: Meinhardt
Ingeniería de instalaciones: AECOM
Arquitectura Técnica: Alinea
Arquitecto del Hotel: Reardon Smith
Asesor hotelero: Hamiltons
Asesor de oficinas: Cushman & Wakefield
Asesores de retail: CWM y Anne Hynes Consulting Ltd
Ingeniería en tránsito: WSP
Consultora de planificación: Nathaniel Lichfield & Partners
Consultor de Gimnasios y Spa: RCH
Legal: Forsters
Diseñador principal: Stace
Diseñador de espacios urbanos: Schulz + Grassov
Expertos en microclimas urbanos: Urban Microclimate

Asesores en Proyectos Inmobiliarios: Montagu Evans


Después de desayunar se dio una ducha rápida, se vistió con sus mejores galas (un vaquero y una camisa a cuadros) y salió a la calle, respiró hondo y paseó un buen rato por Las Canteras, disfrutando del ambiente y de la gente, de su gente, "cuanto tiempo perdido lejos de aquí, pero lo van a pagar caro, muy caro". Al llegar al Auditorio Alfredo Kraus se sentó en el pretil frente al mar, sacó su móvil del bolsillo e hizo una llamada. Al otro lado del hilo telefónico una voz de mujer contestó, era Isabel, su querida Isabel.

Continuará...

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