La vanguardia tecnológica de Beijing

El nuevo edificio de Zaha Hadid, todo un icono en la salida de la capital de China.
(Edition in English)


En el artículo de hoy os voy a presentar el Centro Tecnológico Wangjing Soho, construido entre los años 2009 y 2014 y configurado para ser parte de la vanguardia tecnológica en China y, por ende, en el resto del planeta.

La empresa propietaria, Soho China Ltd., realizó el encargo a la arquitecta de (tal vez) mayor renombre internacional: Zaha Hadid. Las premisas estaban claras: debía ser un complejo único, moderno y adaptable, funcional y con más de 500.000 metros construidos. El estudio de Zaha Hadid se planteó en inicio ejecutar un proyecto de dos torres, pero desecharon la idea por la actual: tres torres de 200, 127 y 118 metros de altura cada una para uso de oficinas y tres pabellones circundantes para usos comerciales y de otra índole.

El original diseño, en forma de piedras o peces (según se mire) y su posición privilegiada en la ciudad, cerca del aeropuerto (es lo último que ven los ciudadanos al irse de la capital), unido a sus prestaciones y comunicaciones (autopistas y trenes), han hecho que antes incluso de la finalización de la construcción, las torres 1 y 2 se agotaran al 100% y la tercera al 90% en el momento de la inauguración, todo un éxito. Al final la superficie total es de 521.265 metros cuadrados, distribuidos en 136.384 para la torre uno, 125.131 para la torre dos y 125.307 para la tercera. A estas cantidades hay que añadirles los 5.443 metros cuadrados en los tres pabellones y los 129.000 metros cuadrados en el subsuelo.



El complejo presume de 8.256 estacionamientos para este bicicletas, así como duchas para los ciclistas. Rodean el complejo 60.000 metros cuadrados de espacio libre, abiertos al público las veinticuatro horas del día, y diseñados con un parque al sur, jardines al norte y zonas de actividades al este y al oeste. La amplitud y generosidad de los vestíbulos, con techos de hasta 10 metros de alto, con recepciones de entre 1.100 y 2.200 metros cuadrados, de las que parten los 81 ascensores de las tres torres (con posibilidad de control de acceso) y que desembarcan en oficinas con entre 3,6 y 4,2 metros de altura, dan un trato amable a todos los usuarios.

En sus alrededores los operarios de otras empresas (Microsoft, China Telecom, Panasonic en telecomunicaciones, o fabricantes como Siemens o Caterpillar) debieron mirar con cierta envidia el levantamiento de la estructura de hormigón armado, así como de la coronación de las tres torres, con sus cerchas de acero. La envolvente de la edificación está compuesta por lamas exteriores de aluminio blanco que recorren en forma sinuosa (y con diferentes grosores) el contorno de cada edificio y ventanas con doble acristalamiento y baja emisividad (protegiendo de los rayos solares), además, reducen el consumo de calefacción y refrigeración.



El complejo de edificios fue diseñado con ayuda de la tecnología BIM y de sistemas MEP (Mechanical, electrical and Plumbing) con resultados fantásticos ayudando a reducir las emisiones de CO2 y el consumo eléctrico y de agua potable. Esto rebaja en un 13% los costes de energía y en un 42% el consumo de agua potable, respecto a los criterios que la Fundación ASHRAE sostiene como buenos para la sostenibilidad y la eficiencia energética. Como dato, la transmitancia térmica (capacidad de fluencia del calor a través de los objetos) de la envolvente es de U= 0,55 w/m2oC (a mayor valor de U, mayor facilidad para la transmisión de calor, y, por lo tanto, menos protector).

Los edificios tienen también sistemas de recogida de agua de lluvia para su reutilización, sistemas de recuperación de calor del aire circundante, sensores de control de eficiencia energética, monitores de consumo eléctrico en tiempo real, una alta eficiencia en bombas, ventiladores, calderas y enfriadoras. Uno de los mayores aciertos fue la incorporación de filtros de aire electrostático de alta eficacia, con los que se eliminan del ambiente bacterias perjudiciales y se evita la entrada de partículas PM2,5 (partículas en suspensión de menos de 2,5 micras), con esto consiguieron mejorar en un 30% las exigencias de la ASHRAE. La ordenación de los edificios dentro de la parcela y su diseño, permitieron anclarse al proyecto en la identidad de la comunidad de Wangjing. 


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